Si fuera, sería vertiginosamente, un río que arrasara furiosa cataclísmica y abundante. Un pozo profundo, a lo hondo, oscuridad, infinita como enigma. Sería un tragasuelos, un anzuelo o una claraboya cegadora. Un arma blanca o un diente afilado. Es porque callo que paso rasante, a latido, al paso, aún asustadiza, mestiza, mellada, como una yegua medio coja. La doma dicen, es un acto de amor. Pero yo solo quiero correr por un prado.