Nací con un nombre, con una familia, en un determinado entorno y País. Me pertenezco a mí misma, soy libre de elegir.
Crecí aprendiendo refranes y aceptando realidades. Soy libre de elegir.
Me educaron en unas creencias y aprendí de la experiencia de antepasados lejanos y familiares cercanos que ya arrastraban mochilas de piedras que no son mías. ¿Soy libre de elegir?
¿Cuánto de mí es de otros? ¿Qué vivencias no vividas me condicionan?
A veces pienso que, “no existe ningún yo interior separado, solo existe la misma Consciencia que brilla a través de miles de millones de ojos”.