"Espacio agotador" explora los límites del cuerpo considerando el espacio personal e interpersonal. Aquí los cuerpos son tan sensibles como fuertes. La atención se centra en el detalle y crea una relación íntima con el espacio, así como con otros cuerpos y objetos. Cien huevos negros llenan el escenario y permiten metáforas de diversa índole. El encuentro con esta otredad crea tanto distancia como tensión y eventualmente se desarrolla en inevitables arrebatos. Sin embargo, los cuerpos encuentran su camino de regreso a la unidad en un ciclo aparentemente interminable e hipnotizan a través de su fascinante simbiosis.