Chevi Muraday y Miss Beige deciden juntarse para una convivencia artística. La danza y la performance se dan la mano en una pieza donde brilla la sencillez en el mejor de los sentidos bajo la majestuosidad de Tchaikovsky y gira en torno al “Centro Di Gravità Permanente” de Franco Battiato.
En un mundo del retoque, ambos artistas se unen para hacer una pieza donde no haya ningún artificio solo su presencia, sus disciplinas y la comunicación que surge entre ambas.
Partiendo de esta premisa la pieza empezaría con Miss Beige como una espectadora más. Ella acude antes del comienzo de las funciones, hace cola para su entrada… ese tiempo muerto donde el espectador está a la busca y captura de entretenimiento pero no lo espera. En esa espera dependerá del espectador lo lejos que quiera. Los límites los pone el espectador y las reflexiones también pero ya es hora de poner al espectador, si así lo desea, en una situación que no sepa controlar desde su llegada al teatro. El mirón también tendrá que jugar y arriesgar. Hay muchas maneras de jugar y ser jugado y Miss Beige con su sola presencia coloca al espectador en una posición de sorpresa sin escapatoria.
A la hora del comienzo del espectáculo se abrirá sala y Miss Beige entrará como una espectadora más a disfrutar de la pieza. El objetivo es confundir al espectador para que nunca sepa que va a pasar. Chevi Muraday comenzará solo en el escenario y después de un solo, Miss Beige se unirá a él para comenzar esa convivencia artística donde brille el respeto y las ganas de jugar. En tiempos donde intentan atacar a la convivencia, el arte contrataca con una propuesta donde brilla el respeto y las ganas de comprender al otro y aprovechar todo aquello que te ofrece la persona que tienes al lado. Una pieza para reflexionar sobre como UN PASO A DOS puede llevarnos a sitios desconocidos tanto a los artistas como al público asistente.