Un espacio aislado ocupado por una mujer que envía, espera y recibe lado de la distancia. Con S-end partimos de la falsa simplicidad de un abrazo y profundizamos en los conflictos con la misma naturalidad con la que enviamos un emoticono. Exploramos la conectividad que requiere la distancia en una relación. Creamos así, un único cuerpo en constante diálogo, que es conformado por dos monólogos internos simbióticos.